lunes, 21 de diciembre de 2009

KamiKaze

Lo teníamos, pero se nos fue de las manos, se escurrió de entre mis dedos. Se nos escapó, se fue.
En aquel momento, me convertí en u n kamikaze. Sin miedo, a por todas, sin mirar atrás. No huyas, I'm coming.
Salí a la calle, a tu búsqueda. Me movía sin rumbo, abría y cerraba puertas. Un paso para adelante, cinco para atrás.

Era un kamikaze, un kamizaze asustado que persistía, no se rendía. Recorría kms. de camino siguiendo tus huelals. No distinguía entre rojos y verdes en lo semáforos. Línea recta, cruza sin mirar. Te sigo, te persigo.

Recorrí países, ciudades, pueblos y villeas. Te sigo, te persigo. Me da igual,  haré lo que me pidas e iré donde tu estés. Soy tu kamikazo, kamikaze enamorado.

Un día decidí subir. Dejé el nivel del mar y subí, 1metro, 2, 10.. escalé la montaña más alta que encontré. Me faltaba el aire, no tenía oxígeno, no podía comer pero pensaba que tenía que seguir subiendo. No te encontraba en la superficie, por tanto, deduje que debías ser una partícula flotando en el aire. Un pequeño organismo incrustado en una molécula de nitrógeno líquido. Sabía que arriba te iba a encontrar y subí, subí más pero no estabas, habías vuelto a irte jsuto en el momento antes de llegar yo, ¿Por qué?
Pero esta vez tenía un plan, volveré, volveré a por ti y te cazaré con mis propias manos y esta vez no te dejaré escapar. Mi abrazo será tan fuerte que todas tus dudas y miedos se disiparán. Con mi calor pretendía calentar el fío nitrógeno en el que te habías convertido para poder transformarte de nuevo en mi átomo complementario.
Como yo era tu kamikaze, salté al vacío. tra vez. Y mientra bajaba a toda velocidad, pasó. La venda se deshizo y cayó, se deshizo sin que me diera cuenta y entonces empecé a ver. Empecé a distinuir el rojo del verde,a apreciar las moléculas del aire, mi casa, mi hogar, vía mis obsesiones. La qente que me quería me observaba, desde lejos. Me llamaba desde la distancia. Dios! mi venda había caído y, mientras caía toda mi vida, todos los errores pasados se iban proyectando ante mis ojos. "Kamikaze, no vale la pena, Frena, no saltes". Pero ya era demasiado tarde, había dado el salto al vacío y no podía vovler atrás, ¿o si?

¿Era demasiado tarde?
No, no puede ser demasiado tarde, tengo que evitarlo. Si conseguí llegar un día hasta aquí arriba y saltar, tengo que ser fuerte para caer y vovler a empezar, desde abajo.

Per si, fue demasiado tarde para ti y para mi. Casi lo teníamos, pero se nos fue de las manos. Voló junto a la venda de mis ojos que se esfumó. Adios KamiKaze de amor.

De alguna manera tendré que olvidarte, tengo que olvidarte de una manera...

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